Unidad Medica San Luis

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Terapia de Pareja en San Luis Potosí


¿Qué es la terapia de pareja?

De acuerdo a la asociación americana de psicología, la terapia de pareja se establece cuando ambos miembros de una relación de pareja son tratados al mismo tiempo por la misma persona especialista o el mismo equipo de profesionales. Este tipo de intervención se ocupa de las variables individuales y de interacción que afectan a la relación de pareja. (Por ejemplo: uno de los miembros de la pareja puede tener depresión no diagnosticada que está afectando la relación, o ambos pueden tener dificultades para comunicarse eficazmente entre sí) Por este motivo y dependiendo de los motivos de consulta, no es raro encontrar que el equipo de profesionales prescriba sesiones de evaluación o intervención por separado, especialmente al inicio de la terapia, aunque más tarde la mayoría de las sesiones sean prescritas para ambos miembros juntos (APA, 2018). 

¿Qué puedo esperar de una terapia de pareja y que no?

El objetivo general de una terapia de pareja es la flexibilización y ampliación de la matriz implícita de suposiciones, expectativas y requisitos de contacto interpersonal de cada miembro de la pareja (Gurman, 2002). Uno de los estudios meta-analíticos más reciente y mejor fundamentado, encontró que las intervenciones de pareja basadas en evidencia lograron resultados significativos en intervenciones de 12 a 24 semanas en las siguientes áreas (CADTH, 2014):

  1. Comunicación: Es una habilidad transversal en todas las áreas del desarrollo de la pareja y es el factor desencadenante y de mantenimiento de la mayor parte de los problemas que motivan a las parejas a tomar terapia.
  2. Intimidad: Intimidad en una relación implica (1) tener sentimientos recíprocos de confianza y cercanía emocional y (2) la habilidad de comunicar abiertamente pensamientos y sentimientos. Las condiciones que deben cumplirse para que ocurra la intimidad incluyen la reciprocidad de la confianza, la cercanía emocional y la apertura a revelar a la pareja las creencias, atribuciones, límites y expectativas personales. Al día de hoy, no hay una delimitación clara sobre los aspectos de la vida diaria en las que la intimidad influye. Sin embargo, la mayoría de los autores está de acuerdo en que este espectro de influencia se extiende al menos a (1) la intimidad emocional, que se refiere a la experiencia de cercanía, los sentimientos y las respuestas emocionales compartidas; (2) la intimidad social, que es la experiencia de compartir amistades y redes de apoyo; (3) intimidad recreativa, en donde se incluyen aquellas actividades de ocio que son de interés para ambos miembros de la pareja; y la (4) intimidad intelectual, que implica la experiencia de tener algunas ideas compartidas y la apertura a escuchar y comprender los diferentes puntos de vista sobre aquellas ideas que no se comparten.
  3. Compromiso: Mientras las variables de intimidad se podrían desarrollar en relaciones interpersonales como la amistad, el compromiso implica un proceso de toma de decisiones para ajustar nuestro comportamiento con el objetivo de mantener la relación a corto o largo plazo. Implica generar acuerdos y establecer límites sobre las expectativas de pareja de cada uno de los miembros sin perjudicar su individualidad. En esta área pueden comprenderse los factores desencadenantes, por ejemplo, de una infidelidad.
  4. Pasión: Incluye operaciones motivacionales y otras fuentes de excitación que llevan a la experiencia de un estado intenso de anhelo de unión con el otro. En una relación amorosa, las necesidades sexuales pueden predominar en esta experiencia (Sternberg, 1986). Si bien algunos de los motivos de consulta en pareja relacionados con la vida sexual, tendrían que ser tratados por profesionales especialistas en sexualidad humana, la terapia de pareja puede ser de gran utilidad para resolver problemas subclínicos o en su caso, para identificar problemas mayores y sugerir la interconsulta con especialistas.
  5. Problemas individuales de salud mental: Además de los problemas relacionales, la terapia de pareja ha demostrado ampliamente su utilidad en el tratamiento de problemas individuales de salud mental: depresión, ansiedad, consumo de sustancias y algunos problemas de personalidad como la codependencia, son algunos ejemplos.

Más allá de las evidencias científicas sobre la utilidad de la terapia de pareja, frecuentemente las personas usuarias de este servicio tienen expectativas o atribuyen funcionalidades al proceso, que de hecho podrían estar limitadas desde puntos de vista metodológicos, técnicos o incluso éticos. Entender lo que no es una terapia de pareja, es vital para evitar la tentación de caer en intervenciones “alternativas” o engaños flagrantes, que abusan de la desesperación en la que algunas parejas caen ante una situación compleja.

  1. Una terapia de pareja, de ninguna manera garantiza la continuidad de la relación (IAMFC, 2017). Las problemáticas que se atienden con estas tecnologías de salud mental son muy variadas y el pronóstico de la intervención suele estar reservado por las características de cada caso. Aun cuando la relación de pareja no pudiera continuar, la terapia de pareja es un excelente recurso para superar el duelo, mejorar la comunicación y desarrollar acuerdos; especialmente en aquellos casos donde la pareja tiene dependientes económicos.
  2. Las personas profesionales de la intervención en pareja, no pueden de ninguna manera actuar como jueces que definan quien es inocente y quien es culpable ante una problemática relacional; no emite juicios morales (bueno o malo) sobre una conducta individual o relacional. En cambio, se comprenden los factores individuales y relacionales que llevaron a tal situación.
  3. No es un proceso de manipulación o persuasión para hacer “entrar en razón”  o convencer a uno de los miembros de la pareja, sobre los sentimientos y expectativas del otro. En cambio, la terapia de pareja facilita la resolución de acuerdos, privilegiando en todo momento la autonomía, dignidad y salud de ambos miembros.

¿Qué tan frecuentes son las consultas y cuánto dura una intervención en pareja?

Al igual que la mayoría de procesos de salud mental bien estudiados y con evidencias sólidas sobre su utilidad, la duración de la terapia de pareja depende de la complejidad del motivo de consulta y del apego a tratamiento. Los estudios muestran que las tecnologías de intervención más efectivas se llevan a cabo cada 7 a 21 días en promedio y se necesitan entre 12 y 24 sesiones que se extinguen en un periodo de 6 a 12 meses. La desviación sobre estos datos es muy amplia, existen casos que pueden ser resueltos en apenas 4 sesiones y otros que requieren un seguimiento hasta por 18 o 24 meses.  

¿Qué opciones de terapia de pareja se ofrecen en CePsNeC?

En CePsNeC estamos capacitados para atender aquellos casos de terapia de pareja en los que la problemática se mantiene por variables clínicas y contextuales complejas, excepto aquellas relacionadas con especialidades en sexualidad humana. El abordaje podría incluir técnicas de alguna de las siguientes tecnologías de intervención:

  1. Terapia conductual integrativa de pareja (IBCT): Este modelo sugiere que las parejas a menudo tienen desacuerdos con uno o dos temas amplios en su relación, como por ejemplo: la lucha sobre cuán interdependientes o independientes deberían ser. Para comprender la problemática, la IBCT adopta dos supuestos centrales: (1) La problemática de pareja está en la interacción y (2) dicha interacción ocurre con las respuestas aprendidas por cada uno de los miembros y está contextualizada; ocurre en circunstancias medianamente específicas. Tomando en cuenta estos supuestos, la IBCT comprende la problemática mediante el análisis DEEP:
    • La primera D se refiere a las diferencias clave entre los compañeros en personalidad, intereses, expectativas metas, etc.
    • La primera E se refiere a la sensibilidad o vulnerabilidad emocional que cada compañero aporta a la relación y que pueden hacer que las diferencias sean particularmente problemáticas. Por ejemplo, quizás un miembro de la pareja quiere una relación más cercana e interdependiente, mientras que la otra persona en la relación se siente más cómoda con una mayor independencia. Esta diferencia podría ser especialmente problemática si la primera persona tiende a sentirse descuidada cuando la segunda persona no está cerca. Del mismo modo, esta diferencia podría ser especialmente problemática si la segunda persona, más independiente, tiende a sentirse controlada o culpable por los esfuerzos para tener más conexión con la primera.
    • La segunda E se refiere a circunstancias externas estresantes que pueden exacerbar los problemas originados por las (D) diferencias y (E) sensibilidades emocionales. Siguiendo el ejemplo anterior, si el trabajo de la segunda persona (más independiente) es muy exigente o si ambos viven lejos del círculo de amigos y familia de la segunda persona (más interdependiente), estos factores contextuales pueden hacer que las diferencias entre ambos miembros de la pareja sean más problemáticas.
    • Finalmente, la P se refiere al Patrón de Interacción en el que las parejas caen al intentar abordar el problema. Quizá la persona más interdependiente de nuestro ejemplo anterior,  se queje frecuentemente de lo desconectados que están, mientras que la persona más independiente defiende su necesidad de trabajar. Aunque la discusión que podamos imaginar por este tema, está orientada a resolver el problema, el patrón de interacción a menudo podría empeorar el problema. Así, la persona más independiente se encuentra menos interesada en estar con su pareja debido a todas sus quejas, mientras que la persona más interdependiente, se encuentra enojada por la aparente evasión de contacto que percibe de su pareja.

La teoría de intervención de la IBCT, se basa en la noción fundamental de que todos los problemas de relación resultan de la combinación de una acción o inacción desencadenante y una reacción sensible. Por lo tanto, los problemas de relación pueden resolverse alterando la acción desencadenante o alterando la respuesta vulnerable, pero normalmente es preferible una combinación de ambas. En contraste con modelos anteriores, que se centraban en hacer cambios en la acción o inacción desencadenante, la IBCT brinda igual o mayor énfasis en cambiar la respuesta emocional, dado que la mayoría de las acciones o inacciones problemáticas en las relaciones no son actos atroces como la violencia o el abuso.

Una segunda parte de la IBCT, es que alterar tanto los eventos desencadenantes como las reacciones emocionales se logra mejor a través de procesos conformados por contingencias en lugar de procesos gobernados por reglas.

El cambio gobernado por reglas es un cambio deliberado como resultado de instrucciones específicas o entrenamiento por parte del terapeuta. Por ejemplo, cuando el profesional anima a las parejas a participar en un comportamiento más positivo entre sí y les enseña estrategias de comunicación y resolución de problemas. En contraste, el cambio conformado por contingencias surge espontáneamente como resultado de un cambio en el contexto y en las respuestas de la pareja (conductas, pensamientos o emociones). Por ejemplo, un miembro de la pareja puede culpar menos y mostrar más comprensión cuando ve que su pareja está sufriendo emocionalmente o cuando comprende cómo ambos están atrapados en un ciclo vicioso de interacción. Aunque IBCT emplea ambas estrategias, confía más en la última y asume que llevará a un cambio más duradero.

2.- Terapia cognitivo conductual para pareja (CBCT): El objetivo principal de la CBCT es ayudar a las parejas a comprender sus dificultades para mejorar su bienestar relacional, identificando y poniendo a prueba los pensamientos, emociones, conductas y contextos que definen las interacciones. Para lograrlo, la CBCT no solo se basa en intervenciones conductuales en el tratamiento de las dificultades de pareja, sino que también enfatiza la importancia de trabajar en varios factores cognitivos, emocionales y ambientales que afectan el funcionamiento de la relación de pareja.

Las intervenciones de CBCT también tienen como objetivo ayudar a las parejas a identificar, regular y expresar emociones intensas o negativas cuando surgen dentro y fuera de las sesiones. Al hacerlo, los terapeutas de CBCT ayudan a las parejas a desarrollar habilidades para observar y cambiar sus pensamientos automáticos, expectativas, suposiciones y estándares, así como identificar el impacto que tienen sus formas de comportarse, pensar, interpretar y sentir, en su relación.

El estilo terapéutico en la CBCT, puede adquirir diversas formas que variarán según la etapa de la terapia y las necesidades de los clientes. Por ejemplo, durante las primeras sesiones de CBCT, se suelen usar técnicas psicoeducativas para informar a los clientes sobre el enfoque y las intervenciones relacionadas, se facilita la creación de un ambiente seguro y de apoyo donde las emociones o preocupaciones puedan expresarse libremente y se muestra disposición a la colaboración para desarrollar los objetivos del tratamiento. Adicionalmente, con el fin de crear y preservar un ambiente seguro para la terapia, se puede adoptar un enfoque más directivo mediante el que se abordarán las interacciones disfuncionales y la escalada de conflictos. Dicho estilo terapéutico tiene por objetivo ayudar a la pareja a comprender lo que está sucediendo y aprender nuevas formas de enfrentar sus desacuerdos. Finalmente, a lo largo de las sesiones de CBCT también se puede encontrar un estilo terapéutico más didáctico; por ejemplo, cuando se enseñan habilidades de comunicación y resolución de problemas.

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Trabajos citados

APA. (2018). APA Dictionary. New York: APA.

CADTH. (2014). Couples Therapy for Adults Experiencing Relationship Distress: A Review of the Clinical Evidence and Guidelines . Otawa: RRS.

Dugal, C., Bakhos, G., Belanger, C., & Godbout, N. (2017). Cognitive-Behavioral Psychotherapy for Couples: An Insight into the Treatment of Couple Hardships and Struggles. Cognitive Behavioral Therapy and Clinical Applications.

Gurman, A. (2002). Brief integrative marital therapy: a depth-behavioral approach. En A. Gurman, & N. Jacobson, Handbook of couple therapy (3rd ed., págs. 180-220). New York: Gilford.

IAMFC. (2017). International Association of Marriage and Family Counselors Code of Ethics. Alexandria: IAMFC.

Sternberg, R. (1986). A Triangular Theory of Love. Psychological review, 93(2), 119-135.


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